domingo, 25 de diciembre de 2011

CARTA A SANTA CLAUS

      Un día Alfredo, despertó en una víspera de Navidad, muy contento, pues una fecha muy importante estaba por llegar. Era el día del aniversario del Niño Jesús, y es lógico, el día en que Santa Claus vendría de visita como todos los años.

     Con sus cinco añitos, esperaba ansiosamente el caer de la noche, para volver a dormir y espiar la media que estaba en el frente de la puerta, pues no tenía árbol de Navidad. Se durmió muy tarde, para ver si conseguía atrapar a aquel "viejito", pero como el sueño era mayor que su voluntad, se durmió profundamente.

     En la mañana de Navidad, observó que su media no estaba allí, y que no había presente alguno en toda su casa. Su padre desempleado, con los ojos llenos de lágrimas, observaba atentamente a su hijo, y esperaba tomar coraje para hablarle, que su sueño no existía, y con mucho dolor en el corazón lo llama:

     - ¡Alfredo, hijo mío, ven acá!

     - ¿Papá?
     - ¿Que ocurre hijo?
     - Santa Claus se olvido de mí...

     Hablando de eso, Alfredo abraza a su padre y los dos se ponen a llorar, cuando Alfredo habla: ¿El también se olvidó de ti papá?

     - No, hijo mío. El mejor presente que yo podría haber ganado en la vida está en mis brazos, y quédate tranquilo, pues yo sé que Santa Claus no se olvidó de ti. Pero todos lo otros niños vecinos están jugando con sus presentes... Él se olvidó de nuestra casa.

      No se olvidó... ¡El presente te está abrazando ahora y va a llevarte a uno de los mejores paseos de tu vida! Y así fueron a un parque y Alfredo jugó con su padre durante el resto del día, volviendo recién en el comienzo de la noche. Llegando a casa muy somnoliento, Alfredo fue para su cuarto y escribió para Santa Claus:

     "Querido Papá Noel, yo sé que es demasiado tarde para pedir alguna cosa, pero quiero agradecer el presente que me diste. Deseo que todas las Navidades que yo pase, hagas que mi padre olvide sus problemas y que él pueda distraerse conmigo, pasando una tarde maravillosa como la de hoy.

      Gracias por mi vida, pues descubrí que no es con juguetes que somos felices, y sí con el verdadero sentimiento que está dentro de nosotros, que el Señor despierta en las Navidades.

      De quien te agradece por todo:

     Alfredo.

     Y se fue a dormir.

     Entrando al cuarto para dar las buenas noches a su hijo, el padre de Alfredo vio la cartita y a partir de ese día, no dejó que sus problemas afectasen la felicidad de ellos y comenzó a hacer que todos los días fuesen Navidad para ambos. Si un niño de cinco años consiguió percibir que los mejores presentes que se pueden recibir no son materiales... ¿Por qué nosotros no hacemos lo mismo?

      Que todos hagamos que cada día sea una Navidad, valorando la Amistad, Cariño y todos los buenos sentimientos que existen dentro de nosotros. Al final, las únicas cosas que podremos llevarnos de esta vida, son los sentimientos que hagamos brotar en los corazones de quienes amamos y los recuerdos hermosos de nuestro camino por esta vida quedarán guardados en nuestras almas y corazones...

Anónimo

domingo, 11 de diciembre de 2011

Supervisión de la Salud

En el seguimiento del crecimiento y desarrollo de los niños, la supervisión del estado de salud es una herramienta clave. Se debe entender al niño como parte integral de una familia y un medio ambiente, por tanto ambos ejercerán una poderosa interacción con él, por lo que la supervisión de la salud del niño y adolescente requiere se realice integrando aspectos de salud, educación y sociales.

Al realizarse la supervisión de salud, el pediatra enfrenta el desafío de formular un diagnóstico biopsicosocial del niño y su familia que satisfaga las expectativas que ellos traen al consultar. Es importante involucrar a los padres en la supervisión de la salud de sus hijos pues son ellos los primeros en advertir los problemas de salud.  Mediante esta educación, se pretenderá lograr que los padres adquieran confianza en el cuidado de su hijo.

Existen 3 objetivos principales en la supervisión de la salud:
1. Prevención de enfermedad
2. Detección y tratamiento oportuno de enfermedades
3. Guía en aspectos psicosociales de la crianza del niño


Prevención de enfermedad
Se cumple principalmente mediante la vacunación contra determinadas enfermedades transmisibles y a través de educación en salud, inicialmente a los padres y luego al niño cuando alcanza la capacidad de comprenderla. Esta educación se refiere a aspectos de alimentación, aseo dental, estilos de vida saludables y prevención de accidentes.


Detección y tratamiento oportuno de enfermedades
Este objetivo se basa en que una intervención precoz en enfermedades resulta en mayores índices de curación y disminución de discapacidad. Esto se logra principalmente a través de la integración de la historia clínica y del examen físico pediátrico en el que se observará el grado de crecimiento y desarrollo del niño, pudiendo así identificarse al niño sano y a aquél con alguna patología


Guía en aspectos psicosociales de la crianza del niño
Esta guía la realiza el pediatra a través de consejos, guías anticipatorias y validación de los padres en sus dudas y en su labor educativa del niño. 
Las recomendaciones generales con respecto a la cantidad de supervisiones de salud de acuerdo a la edad de los niños son

·         Recién nacido: Control al nacimiento y a la semana de vida.
·         1 a 12 meses: Control cada mes
·         12 a 24 meses: Control cada tres meses
·         2 a 6 años: Control cada 6 meses
·         6 a 1 años: Control anual

La valoración del estado de salud de un niño inicia desde el ingreso a la consulta, debiendo observarse la postura corporal, la interacción de los padres entre sí y con su hijo, la manera de cargar, consolar y controlar al niño. Se consignan los signos vitales, estado de alerta y actividad, color de la piel y mucosas, perfusión e hidratación y posteriormente un examen segmentario de cabeza a pies.

Se deben realizar mediciones antropométricas:
·         Peso
·         Talla
·         Circunferencia craneana

Diagnósticos
·         Diagnóstico nutricional eutrofia, sobrepeso, obesidad o desnutrición.
·         Diagnóstico de desarrollo psicomotor: normal o alterado según la edad
·         Diagnóstico de morbilidad: cuando exista alguna enfermedad
·         Diagnóstico contextual familiar: disfunciones, eventos vitales importantes, etc.
Una vez establecido los diagnósticos es importante empezar un tratamiento, dando las indicaciones pertinentes a los padres sobre el cuidado, medidas generales y datos de alarma a tener en cuenta de acuerdo a cada patología.