lunes, 19 de marzo de 2012

VIGILANCIA DEL CRECIMIENTO

Para que los niños puedan tener un crecimiento adecuado, es necesario que estén bien alimentados y que no sufran enfermedades frecuentes.  Existen niños que son más pequeños que otros, sin embargo, todos deben tener un ritmo de crecimiento constante mes con mes. En los primeros 2 años de vida la velocidad de crecimiento es muy rápida por lo que cualquier disminución o estancamiento en el ritmo de crecimiento puede traer consecuencias negativas sobre el crecimiento y desarrollo futuros.



Entre las principales causas de retardo del crecimiento están: El consumo  insuficiente de alimentos, las frecuentes enfermedades ocasionadas por la falta de higiene especialmente en la preparación de los alimentos y el uso del biberón, los  episodios repetidos de infecciones, la existencia de una enfermedad silenciosa como la infección urinaria, anemia o  enfermedades crónicas como acidosis tubular renal, enfermedades endocrinológicas, cardiacas entre otras.

La mejor manera de saber si el niño o la niña está creciendo bien, es vigilando su ganancia de peso y talla. Un niño sano y bien alimentado gana peso progresiva y permanentemente; por lo tanto, la ganancia de peso debe ser vigilada mensualmente desde el nacimiento hasta los dos años, y de allí en adelante cada seis meses o cada año hasta los 5 años. Las gráficas de peso y talla son una herramienta muy útil para este propósito, pues permiten detectar la falta de ganancia de peso para la edad, al comparar el peso del niño con respecto al que se considera debe tener para su edad

Una guía fácil para saber si su hijo  está creciendo bien es que al año de edad se triplica el peso que tenía al nacer; a los dos años se cuadruplica y de allí en adelante se ganan en promedio 2 kg por año hasta los 7 años , a partir de los 10 años se ganan en promedio 3 kg por año.
 
 En cuanto a la talla ocurre algo similar, en el primer año se aumenta entre 25 y 30 cm, en el segundo y tercer año se aumentan 5 cm por año y a los 4 años se alcanza el metro; entre los 5 y los 6 años se aumentan 7 cm por año y de allí en adelante y hasta los 10 años se crece en promedio 6 cm por año. A los 10 años la talla promedio es 140 cm.

En la práctica diaria y por ser más fácil su manejo, se utiliza la distribución por percentiles  donde la talla de una población normal se divide, según edad y sexo, en 100 grupos, de menor a mayor; al valor que separa cada grupo se le denomina percentil. Se acepta como limite para considerar que una talla es baja el tercer percentil 5, y alta el percentil 95.

Otros aspectos a considerar para enjuiciar correctamente el crecimiento son: La correlación que existe entre la talla media de los padres y la de los hijos, dato que permite estimar el potencial familiar o genético de crecimiento individual. El ritmo de maduración biológica (calcificación ósea, desarrollo sexual o puberal, etc.). Y la velocidad de crecimiento.

El potencial familiar o genético de crecimiento, más conocido como talla diana o talla media parental, es la probable altura que alcanzarán los hijos de una familia en función de los genes heredados de sus padres.

El ritmo de maduración biológica también tiene una notable influencia familiar. El conocer la edad de la menarquia (primera menstruación) de la madre o hermanas o cuando cambió la voz o se afeitó el padre o hermanos mayores son de suma importancia. Este proceso lo comprobamos determinado la edad ósea (grado de calcificación ósea) y el desarrollo sexual o puberal.

La velocidad de crecimiento es un dato muy importante a considerar. Se obtiene mediante mediciones sucesivas, que  no se realizarán antes de 6 meses. Conociendo la diferencia de talla y el tiempo transcurrido entre estos controles, se puede calcular la velocidad de crecimiento en cm/año


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