jueves, 14 de julio de 2011

Dolor de Crecimiento

Los dolores de crecimiento son la causa más frecuente de dolor recurrente de las extremidades en la infancia.
 
Durante décadas no ha cesado el debate sobre el origen de estos dolores, sin embargo el término dolor de crecimiento es inadecuado ya que éste no se asocia con el crecimiento fisiológico  pues no parece existir una relación entre el dolor y la fase rápida del crecimiento, por lo que se propone se denomine a este dolor como dolor óseo recurrente benigno.
 
No se conoce la causa del dolor de crecimiento, sin embargo se ha documentado asociación entre este tipo de dolor y trastornos emocionales familiares.

El dolor de crecimiento se presenta en niños entre los 4 y 12 años de edad y se caracteriza por tener un carácter fijo y continuo a un nivel profundo especialmente sobre grupos musculares y no relacionado con las articulaciones. El dolor suele ser bilateral y aparece en la última parte del día o al anochecer incluso llega a despertar a los niños, y no se asocia  a cojera o limitaciones de la movilidad o antecedentes de golpes, tienen un comienzo rápido y corta duración y o hay signos de hinchazón, cambios de coloración  o aumento de la temperatura local. Las áreas que se afectan a menudo son los muslos, pantorrillas, pies y en ocasiones brazos y tronco.

Parámetros de inclusión:
·         El dolor debe ser intermitente y autolimitado. No es per­sistente, con una duración de 30 minutos a 2 horas, y no se presenta durante el día. Se encuentran días libres de dolor.
·         Generalmente, el dolor se ubica en las piernas, en los mus­los y en la cara posterior de los músculos de la rodilla y pies.
·         El dolor se presenta al final de la tarde o en la noche.
·         El examen físico es normal, así como los exámenes de laboratorio.

Parámetros de exclusión:
• El dolor es persistente o incrementa en intensidad.
• El dolor es unilateral.
• Hay dolor articular.
• El dolor está presente aún en la mañana.
• Hay edema, eritema, sensibilidad, limitación y cojera.
• Algunos de los exámenes paraclínicos son positivos.

El tratamiento de esta afección está basado en medidas generales como calor local y masajes, en algunos casos es necesario el uso de analgésicos y antiinflamatorios.  Varios estudios han demostrado que algunos de estos niños mejoran cuando reciben terapia física con estiramientos musculares.
Es necesario tranquilizar a los padres y al niño en el sentido de que no existe una enfermedad orgánica y que el problema no tendrá complicaciones  ni evolucionará a otras enfermedades. Es útil explorar la dinámica familiar.
 
En la actualidad se sabe que los dolores de crecimiento no dejan secuelas a largo plazo y representan un cuadro relativamente benigno con un excelente pronóstico y desaparición en el 100% de los casos con la edad.


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